miércoles, 28 de febrero de 2007

Organizaciones que dicen "proteger a la familia" difunden en sus páginas webs terapias desacreditadas científicamente y potencialmente peligrosas.


En la página de internet www.notivida.com.ar se promocionan terapias pseudopsiquiátricas que cuentan con el apoyo de diversos sectores fundamentalistas católicos y que se obstinan en tratar a la homosexualidad como una enfermedad. La homosexualidad ya hace años fue retirada de la lista de enfermedades psiquiátricas por los organismos más autorizados y reputados en cuestiones de salud. Los mismos organismos alertan sobre la falta de rigor de estas terapias que pueden desencadenar efectos nefastos en los supuestos pacientes. A continuación se transcribe un fragmento de un texto de la AMC en los que se aborda el tema de la homosexualidad de manera absolutamente irreverente y desafortunada. Todo aquel que posea ciertos conocimientos en la materia pericibirá con facilidad las falacias en las que incurre el folleto, y quienes no, no podrán pasar por alto la confusión entre religión, ciencia y teorías completamente caducas que atraviesa al texto.

Homosexualidad y esperanza
Declaración de la Asociación médica católica, de EEUU

Introducción

La Asociación Médica Católica (EEUU) se dedica a mantener los principios de la Fe Católica en todo lo que se relaciona con la práctica de la medicina y a promover los principios éticos Católicos en la profesión médica, incluyendo profesionales de salud mental, el clero y el público en general.

Ningún tema ha causado más revuelo en la década pasada que el de la homosexualidad, y por ello la Asociación Medica Católica Americana (AMCA) presenta el siguiente resumen y examen de la cuestión en el momento actual. Este resumen se basa en gran medida en las conclusiones de varios estudios, y pone énfasis a la consistencia de las enseñanzas de la Iglesia y de estos estudios. Es de esperar que esta revisión servirá también como instrumento de educación y de referencia para el clero Católico, los médicos, el personal de salud mental, educadores, padres, y para el público en general.

AMCA apoya las enseñanzas de la Iglesia Católica, como ha sido expuesta en la versión revisada del Catecismo de la Iglesia Católica, especialmente las enseñanzas en materia de sexualidad. "Todos los bautizados están llamados a vivir la castidad" (CIC, n.2348)

"Los casados están llamados a vivir la castidad matrimonial; los demás viven la castidad en forma de continencia" (CIC 2349) "...la tradición ha afirmado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados... No pueden ser aprobados bajo ninguna circunstancia." (CIC 2333)

Es posible, con la ayuda de la Gracia de Dios, para todas la personas el vivir la castidad, incluyendo aquellos que sienten atracción homosexual, como el Cardenal George, Arzobispo de Chicago, ha expresado en lenguaje muy fuerte, en su discurso a la Asociación Nacional Diocesana Católica para el ministerio a Lesbianas y Homosexuales. "Negar que el poder de la Gracia hace que aquellos que experimentan atracción homosexual, puedan vivir la castidad, es negar, en efecto, que Jesús ha resucitado de entre los muertos" (George, 1999).

Ciertamente hay circunstancias tales como desórdenes psicológicos y experiencias traumáticas, que pueden, a veces, hacer tal castidad más difícil, y aún hay condiciones que pueden disminuir significativamente la responsabilidad individual, en casos de faltas contra la castidad. Sin embargo, tales circunstancias y condiciones, no niegan la libertad de conciencia, ni eliminan el poder de la gracia. Aunque muchos hombres y mujeres que se sienten atraídos homosexualmente, dicen que esos deseos sexuales fueron experimentados como un "hecho dado" (Chapman, 19871) esto no puede implicar una predeterminación genética o una condición inmutable. Algunos se rindieron a la atracción por personas del mismo sexo porque se les dijo que habían nacido con esa inclinación, y que era imposible cambiar el tipo de atracción sexual.

Tales personas pueden creer que es fútil y sin esperanza el resistir tal atracción, de modo que abrazan la identidad gay.* Estas personas, entonces, pueden sentirse oprimidas por el hecho que la sociedad y la religión, en especial la Iglesia Católica, no acepta que tales deseos se expresen a través del acto sexual. (Schreier 19982)

Los trabajos citados en este informe contradicen el mito de que la atracción homosexual sea genéticamente predeterminada y que no se pueda cambiar, y ofrece esperanzas para la prevención y el tratamiento.

5. Terapia.

Aquellos que defienden la idea de que la orientación sexual es inmutable frecuentemente citan una discusión publicada, entre los Doctores C.C. Tripp y Lawrence Hatterer en la que el Dr. Tripp afirmó: "...no hay un solo caso registrado de cambio de orientación homosexual que haya sido validado por jueces o tests independientes. Kinsey no pudo encontrar uno solo. Ni tampoco Dr. Pomeroy ni yo hemos podido encontrar tal paciente. Nos gustaría mucho recibir alguno del Dr. Hatterer." (Tripp & Hatterer 1971) Pero no citan la respuesta del Dr. Hatterer:

"Yo he 'curado' a muchos homosexuales, Dr. Tripp. El Dr. Pomeroy o cualquier otro investigador puede examinar mi trabajo que está documentado por diez años de grabaciones en cinta. Muchos de estos pacientes ‘ curados' (prefiero usar la palabra 'cambiados') se han casado, tienen familias y viven una vida feliz. Es un mito destructivo que 'una vez homosexual, siempre homosexual'. Esto ha hecho, y hará en el futuro millones de homosexuales convencidos. Y aún más, no solo yo sino muchos otros psiquiatras de prestigio (Los Doctores Samuel B. Hadden, Lionel Ovesey, Charles Socarides, Harold Lief, Irving Bieber, y otros) han reportado sus éxitos terapéuticos de homosexuales tratables." (Tripp & Hatterer 1971).

Un número de terapeutas han publicado numerosos trabajos sobre resultados favorables en el tratamiento del homo erotismo. Tripp prefirió ignorar la abundante literatura sobre tratamientos y encuestas de terapeutas. Trabajos de revisión de resultados del tratamiento del homo erotismo muestran que ha tenido tanto éxito como el tratamiento de problemas psicológicos similares: alrededor del 30% se siente liberado de los síntomas y otro 30% se encuentra mejor . (Bieber 196258; Clippinger 197459; Fine 198760; Kaye 196761; MacIntosh 199462; Marmor 196563; Nicolosi 199864; Rogers 197665; Satinover 199666; Throckmorton67; West68)

Informes de terapeutas individuales han sido igualmente positivos. (Barnhouse 197769; Bergler 196270; Bieber 197971; Cappon196072; Caprio 195473; Ellis 195674; Hadden 195875; Hadden 1967b76; Hadfield 195877; Hatterer 197078; Kronemeyer 198979) Esta es solamente una muestra representativa de los terapeutas que han reportado resultados con éxito en el tratamiento de individuos que experimentan atracción homo erótica.

Hay también muchos informes autobiográficos de hombres y mujeres que creyeron alguna vez estar irremisiblemente amarrados con homo eroticismo y conducta homosexual. Muchos de estos hombres y mujeres (Exodus 1990-200080) se describen ahora como libres del homo eroticismo, de las fantasías y la conducta. La mayoría de estos individuos encontraron la libertad a través de participar en grupos de apoyo basados en la religión, aunque algunos también han buscado ayuda de terapeutas.

Desgraciada-mente un número de personas y grupos profesionales influyentes han preferido ignorar esta evidencia (APA 199781; Herek 199182) y pareciera haber un esfuerzo coordinado de parte de los 'apologistas de la homosexualidad' de negar la eficacia del tratamiento de la atracción homo erótica, o afirmar que tal tratamiento es dañino. Barnhouse se mostró admirado de estos esfuerzos: "La distorsión de la realidad inherente en la negación que la condición pueda ser curada, por los apologistas de la homosexualidad, es tan inmensa que uno se pregunta qué pueda motivarla." (Barnhouse 1977).

Por su parte, la Asociación de Psiquiatras norteamericanos reacciona enérgicamente ante estas posturas que pretenden imponerse como científicas y sostiene:

(...)

En el pasado, definir a la homosexualidad como una enfermedad atrincheraba el oprobio moral de la sociedad con las relaciones entre el mismo sexo. En el clima social actual, declarar que la homosexualidad es un desorden mental surge de los esfuerzos para desacreditar una creciente aceptación de la homosexualidad como variante normal de la sexualidad humana. Consecuentemente, la cuestión de cambiar la orientación sexual se ha politizado mucho. La integración de gays y lesbianas al cauce principal de la sociedad Americana encuentra la oposición de aquellos que temen que tal integración esté mal moralmente y sea dañina para la trama social.
Los debates políticos y morales que rodean a este tema han oscurecido la información científica al cuestionar los motivos y hasta el carácter de individuos en ambos lados de la cuestión. Este documento intenta esclarecer en algo este punto candente.
La validez, eficacia y ética de intentos clínicos para cambiar la orientación sexual del individuo han sido desafiadas. A la fecha, no existen estudios de resultado con rigor científico para determinar la eficacia actual o el daño por los tratamientos reparadores. Hay escasos datos científicos sobre los criterios de selección, riesgos contra beneficios del tratamiento y consecuencias a largo plazo de las terapias reparadoras. La literatura consiste de informes anecdóticos de individuos que sostienen haber cambiado, personas que afirman que intentos de cambios les fueron dañinos, y otros que afirmaron haber cambiado y luego se retractaron de sus afirmaciones.
Con poca información sobre pacientes, no es posible evaluar las teorías que racionalizan la conducta de terapias “reparadoras” o de conversión . En primer lugar, están en desavenencia con la postura científica de la Asociación Americana de Psiquiatría que ha sostenido, desde 1973, que la homosexualidad, en sí misma, no es un desorden mental. Las teorías de terapistas “reparadores” definen a la homosexualidad como una detención de desarrollo, una severa forma de psicopatología, o alguna combinación de ambas. En años recientes, conocidos practicantes de “terapia reparadora” han integrado abiertamente teorías psicoanalíticas más viejas que patologizan la homosexualidad con creencias religiosas tradicionales que la condenan.
Las primeras críticas científicas de las primeras teorías y creencias religiosas informando terapias “reparadoras” o de conversión, vinieron en primer lugar de parte de investigadores en Sexología. Posteriormente, las críticas también surgieron de fuentes psicoanalíticas. Incluso ha habido un pensamiento religioso en aumento argumentando contra interpretaciones tradicionales, bíblicas, que condenan la homosexualidad y que subyacen en tipos religiosos de terapia “reparadora”.

Recomendaciones:

1. APA afirma su posición de 1973 sobre que la homosexualidad per se no es un desorden mental diagnosticable. Esfuerzos recientemente publicitados para repatologizar a la homosexualidad afirmando que puede ser curada, frecuentemente están motivados no por la investigación científica o psiquiátrica rigurosa, sino a veces por fuerzas religiosas y políticas que se oponen a derechos civiles plenos para hombres gay y para lesbianas. Se recomienda responder pronto y apropiadamente como organización científica cuando se emitan afirmaciones que la homosexualidad es "una enfermedad curable", hechas por grupos políticos o religiosos.

2. Como principio general, un terapista no debería determinar la meta del tratamiento coercitivamente ni a través de una influencia sutil. Modalidades psicoterapéuticas para convertir o “reparar” la homosexualidad se basan en teorías desarrollistas cuya validez científica es cuestionable. Es más, informes anecdóticos sobre “curas” están equilibrados por afirmaciones anecdóticas sobre daño psicológico. En las últimas cuatro décadas terapeutas “reparadores” no han producido ninguna investigación científica rigurosa para substanciar sus afirmaciones de cura.
Hasta tanto no esté disponible tal investigación, APA recomienda que los practicantes éticos eviten intentar cambiar la orientación sexual de individuos, recordando el dictado médico de "Primero, no dañar" (primun non nocere)

3. La literatura sobre terapias “reparadoras” usa teorías que hacen que sea difícil formular criterios de selección científica para su modalidad de tratamiento. Esta literatura no solo ignora el impacto del estigma social en la motivación de esfuerzos para curar la homosexualidad, es una literatura que además la estigmatiza activamente.
La literatura sobre terapias “reparadoras” también tiende a sobreafirmar los resultados del tratamiento mientras descuida los riesgos potenciales para los pacientes. APA estimula y apoya la investigación en el NIMH (Instituto de Salud Mental) para que la comunidad de investigación académica determine mejor los riegos de las terapias “reparadoras” en relación a sus beneficios.

Apéndice 1

Declaración de posición de la Asociación Americana de Psiquiatría sobre Tratamiento Psiquiátrico y Orientación Sexual. Diciembre 11, 1998
El Consejo de Apoderados de la APA retiraron la homosexualidad del DSM en 1973, después de revisar la evidencia de que no era un desorden mental. En 1987, la homosexualidad egodistónica no estaba incluida en el DSM-III-R después de una revisión similar.
La Asociación Americana de Psiquiatría actualmente no tiene una posición formal de postura sobre tratamientos que intenten cambiar la orientación sexual de las personas, también conocida como terapia reparadora o de conversión.
Hay un comunicado de APA en 1997 sobre "Temas Homosexuales y Bisexuales", que afirma que no hay ninguna evidencia científica publicada que sostenga la eficacia de terapia reparadora como tratamiento para cambiar la orientación sexual.
Los riesgos potenciales de la terapia reparadora son grandes, incluyendo estos la depresión, ansiedad y conductas auto-destructivas, ya que la alineación terapista con los prejuicios sociales contra la homosexualidad pueden reforzar el odio contra sí mismo ya experimentado por el paciente. Muchos pacientes que han pasado por terapia reparadora relatan que se les dijo incorrectamente que los homosexuales son individuos solitarios e infelices que nunca logran aceptación ni satisfacción. (...)

Fuente:
http://www.sexovida.com/psiquiatria/apa.htm



No hay comentarios: